LA GRAN DIFERENCIA ENTRE GUARDAR UN RENCOR Y NO ASOCIARNOS CON PERSONAS TÓXICAS
- Tony Guerra
- 28 feb 2018
- 5 Min. de lectura
Algo de lo que podemos estar seguros que siempre va a existir en la vida son los conflictos con otras personas. Alguien dijo alguna vez, “cada cabeza es un mundo” y no podría haber sido más acertado. Aunque muchas personas concuerdan en su filosofía de vida, en su gusto por algún deporte, o en su inclinación política, cada persona tiene una forma de pensar muy personal en cuanto a su entorno. De modo que en algún momento de nuestra vida vamos a estar en desacuerdo con otros, tener discusiones fuertes, e incluso experimentar un rompimiento con esas personas.

Cuando esto sucede algunas personas tienden a guardar un rencor en contra de aquellos que les hicieron daño, independientemente de si continúan una relación con ellos o no, pero otras personas simplemente deciden disolver esa relación, no asociarse en ninguna manera con ellos y seguir su camino hacia adelante. ¿Qué diferencia puede existir entre estos tipos de personas?, ¿Qué ocurre con aquellos quienes guardan un rencor?, y ¿Es posible no guardar rencor, y aún así no asociarnos con quienes nos hicieron algún daño?
¿QUÉ ES EL RENCOR, Y CÓMO AFECTA NUESTRA VIDA?
El rencor es un sentimiento de enfado profundo y persistente; un resentimiento arraigado que desequilibra y enferma el cuerpo y la mente. El origen del rencor puede deberse a varias razones como insultos, abusos, engaños, ofensas, maltratos, etc.
Si tomamos la decisión de convertir esa rabia profunda en un resentimiento duradero, estaremos fabricando rencor, un arma peligrosa que desequilibra y enferma el cuerpo y la mente impidiéndonos disfrutar de la vida. Y no olvidemos que muchas veces, hace más daño el rencor que las ofensas recibidas. El rencor termina, a veces, somatizándose en nuestro cuerpo dando lugar a enfermedades inexplicables y que tienen que ver con ese sentimiento tan negativo que arrastramos y mantenemos en nuestro interior.

Es como la historia de los dos hombres que habían compartido injustamente una celda en prisión durante varios años, soportando todo tipo de maltratos y humillaciones. Una vez en libertad, se encontraron años después. Uno de ellos preguntó al otro:
– ¿Alguna vez te acuerdas de los carceleros?
– No, gracias a Dios ya lo olvidé todo – contestó – ¿Y tú?
– Yo continúo odiándolos con todas mis fuerzas – respondió el otro.
Su amigo lo miró unos instantes, luego dijo:
– Lo siento por ti. Si eso es así, significa que aún te tienen preso.
Así es, el rencor nos encarcela y nos hace esclavos de nuestros victimarios y de las situaciones que vivimos con ellos por mucho tiempo. El rencor termina convirtiéndose en una cárcel impuesta por nosotros mismos. Este sentimiento de odio profundo no nos permite avanzar, pues continuamos arrastrando todo aquello que está en el pasado y que ahí se debería quedar.
Como yo siempre he dicho, guardar rencor es como agarrar un carbón ardiendo y resistirse a no soltarlo. El único que se quema eres tú.

Entonces, ¿Si una persona perdona a aquel quien le causó mucho daño y se deshace de cualquier rencor hacia esa persona, y llega a experimentar el perdón absoluto y sincero hacia esa persona, eso significa que tiene que asociarse con esa persona y re-establecer una relación con ella? ¡ABNSOLUTAMENTE NO! Es posible, Y VÁLIDO, que alguien pueda perdonar a la otra persona, deshacerse de cualquier rencor y experimentar una paz interior y una salud mental y emocional favorable, y aún elija NO asociarse con la persona que le hizo daño en algún momento. Y esa persona estaría en su derecho de hacerlo, veamos porqué.
TODAS LAS PERSONAS TENEMOS EL DERECHO DE ELEGIR CON QUIÉN NOS ASOCIAMOS
No importa si es un amigo, conocido, vecino, compañero de trabajo, o incluso un familiar, nadie ni nada nos obliga a compartir una relación con quienes no queremos. Sobre todo si esas personas son tóxicas para nuestra vidas. Ahora, debemos definir muy claramente lo que es una persona TÓXICA para entender mejor la razón por la cual no quisiéramos asociarnos con ellas.
¿CÓMO SON LAS PERSONAS TÓXICAS?
Hay personas que han tenido una vida tan llena de amor, equilibrio, y cosas positivas y es así como funcionan por la vida; van dando a los que las rodean y viendo todo con optimismo. Sin embargo, hay otras, que cargan un saco lleno de decepciones, problemas y actitudes negativas que van repartiendo en su camino casi con quienquiera que sea. Estas se conocen como “personas tóxicas”.

Puedes reconocer a las personas tóxicas por distintos factores, los más comunes son que en forma continua hablan de temas negativos, en vez de halagarte por algo, encuentran el punto negro o el defecto, no aceptan en primera instancia una opinión o sugerencia, son hirientes, agresivos, inflexibles y se exaltan fácilmente si las contradices y esto es, por supuesto, porque creen firmemente que siempre tienen la razón.
Es posible que con una persona tóxica te sientas ignorado ya que sólo habla de sí misma o lo mal que están los demás y generalmente provocan una tensión que, si estás constantemente alrededor de ellas, puede volverse casi un reflejo. Tal vez ni te des cuenta que te pones nervioso y tenso cuando llega esa persona. Tal vez sientas un alivio cuando se va. Puedes incluso llegar a sentirte muy mal, y al dejar a esta persona te llevas de regalo un dolor de cabeza o estómago.
Estas personas tóxicas están reflejando el mundo que viven en su interior: negatividad, resentimiento, envidia, celos, crítica, frustración, baja autoestima, inseguridad, necesidad de ser reconocidos, aprobados y ser importantes. Por desgracia lo que consiguen con su actitud es justamente lo contrario. Las personas tienden a alejarse de ellos y ser cautelosos y sentir muchísima tensión, e incluso miedo, porque la relación se torna difícil muy a menudo.
Otro tipo de personas tóxicas son los que muestran pasividad y se hacen pasar por mosquitas muertas, son los típicos llorones, que necesitan constantemente de tu ayuda, los de la vela perpetua, los solitarios, critican incansablemente a los demás, son metiches, y despiden con su actitud pura lástima.

Estas personas son desgastantes, yo los llamo: VAMPIROS EMOCIONALES…porque te chupan la energía, tu tiempo, tu motivación y entusiasmo, que justo a ellos les falta. Ellos están vacíos y buscan llenar este hueco con tu amistad, relación, o compañía. Este tipo de personas te cansan, te aburren, limitan la conversación y tienes que darles ánimo constantemente, a costa de tu propia energía, porque ellos la despilfarran con sus pensamientos derrotistas que no los lleva a ningún lado
Bueno pero alguien puede sugerir que estas personas que llamamos tóxicas sean personas que necesitan mucha ayuda, amor y paciencia, y que en lugar de alejarse de ellas deberíamos ayudarlas. Esta es una intención muy noble, pero en realidad es muy difícil ayudar a una persona tóxica, muchas veces no quieren ayuda o no creen que la necesitan. Generalmente es mejor que la intención de cambiar venga de parte de ellos, si es así, lo que se requiere es un terapeuta profesional.
Creo que al leer esto te habrá llegado a la mente alguna o algunas personas de tu entorno que son tóxicas o desgastantes. Es bueno identificarlas y prevenir cualquier choque con ellas. Sin embargo, más importante es ver si nosotros mismos no somos, al menos en ocasiones, personas tóxicas o desgastantes, que estamos afectando a los demás. Es fácil ver la conducta desagradable del vecino, y después de hacerlo, piensa en tu propia conducta cuando alguien no está de acuerdo contigo y analiza qué bagaje traes. Te pido que seas honesto contigo mismo y que reflexiones un poco para que a tiempo puedas corregir tus actitudes, en caso que te identifiques con alguna de las personas negativas que mencionamos.
Si quieres analizar más a fondo que tan tóxico eres con los que te rodean, o si conoces a una persona tóxica y necesitas algunos consejos para lidiar con ella, o si tuviste alguna ruptura con alguien de tu pasado y te sientes preso en la cárcel del rencor, y necesitas saber cómo deshacerte de esa terrible carga emocional en tu vida, no dudes en contactarme para que charlemos.





















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