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LA IMPORTANCIA Y LOS LÍMITES DE LA DISCIPLINA EN EL HOGAR

  • Tony Guerra
  • 7 mar 2018
  • 7 Min. de lectura

El diccionario define la disciplina de la siguiente manera: El proceso o conjunto de acciones, que se pueden aplicar a una persona, o a un grupo de personas, con el fin de modificar una actitud, o una serie de conductas impropias.

En el hogar, la disciplina, representa el eje central que controla, los patrones, y formas de comportamientos de los individuos que lo integran. La disciplina, es el acto mismo de intentar canalizar todos los sucesos que acontecen dentro y fuera del hogar para que no se vuelvan un caos.

¿PORQUÉ ES IMPORTANTE QUE HAYA DISCIPLINA EN EL HOGAR?

La disciplina en el hogar, no debe tener otra razón, que no sea querer cambiar las conductas perjudiciales de nuestros hijos, para extraer lo mejor de ellos, para enseñarles a ser mejores personas.

La disciplina, debe transmitirle a nuestros hijos, que estamos tratando de adiestrarlos hacia una vida de éxito, y que los amamos tanto que deseamos cuidarlos, protegerlos, formar su carácter, y prepararlos para un destino triunfante.

La disciplina NO se puede aplicar porque los hijos nos tienen cansados de su mal comportamiento, porque los demás nos van a criticar si no ven que los disciplinamos, porque tiene que (a fuerza) aprender y seguir mis reglas, o porque no estoy de humor para que mis hijos cometan errores o se mal-comporten.

¿QUIENES DEBEN APLICAR LA DISCIPLINA EN EL HOGAR?

Solía ser que cualquier adulto, abuelos, primos, tías, o hermano mayor tenía la autoridad para disciplinar a los más pequeños. Pero la disciplina en el hogar, debe saber estar fundamentada en las persona más idóneas, quien aplica la disciplina, debe mostrar algunos requisitos fundamentales:

Debe ser una persona que no solo aplique disciplina, sino que siempre demuestre afecto.

Debe ser una persona centrada en el deseo de impartir una enseñanza.

Debe ser una persona que sea un modelo a seguir, para que pueda aplicar la disciplina necesita ser ejemplo de lo que desea instruir.

Debe ser una persona que no tenga problemas con el carácter, ni que no sepa controlar sus emociones, sentimientos, decisiones o sus nervios.

Debe ser una persona controlada, que sepa controlar la situación para que no se les escape de las manos.

¿A QUIEN SE LE DEBE APLICAR LA DISCIPLINA?

La disciplina debe aplicársele al que incide en el error, ¡SOLAMENTE! Muchas veces en el hogar, se les aplica la disciplina a todos los hijos por igual independientemente de quien haya sido el culpable lo cual es un error que cometen los padres. Y muchas veces se aplica la disciplina por ira, molestia, fastidio o frustraciones de los padres, pero no porque en realidad alguien este incidiendo en un mismo error y no haya querido cambiar su conducta.

¿CUÁNDO SE DEBE APLICAR LA DISCIPLINA?

Muchas veces los niños, son disciplinados, por causas injustas, por torpezas que son propias de su edad; tales como se les cayó un vaso, se fue a sentar en un sitio y se tropezó, se llenó de lodo y accidentalmente ensució la casa, repitió algo que escucho delante de alguien que no debía, etc.

Debemos tomar en cuenta, que hay errores que los niños, adolescentes y jóvenes cometen por ignorancia, por falta de práctica, por hacerle caso a sus instintos inocentes, etc. Y aunque es verdad que cometieron una falta, es necesario estudiar si el caso amerita disciplina, o requiere que se le dé una nueva oportunidad al niño, adolescente o joven, en vez de impartir castigos severos al instante.

La disciplina, SOLO debe aplicarse, cuando el niño, adolescente o joven, insiste en realizar actos que muy claramente le han sido prohibidos hacer en el hogar, de no ser así el castigo podría ser injusto, por ello es necesario investigar y averiguar la intención por la cual se cometió la infracción.

¿ADÓNDE APLICAR LA DISCIPLINA? (EN este caso “adonde” se refiere a la UBICACIÓN en la cual podemos disciplinar y NO al lugar del cuerpo donde se debe aplicar la disciplina)

¿Qué tal si estamos en un lugar ajeno a nuestro hogar o estamos en nuestro hogar? ¿Debemos disciplinar a los hijos en cualquier lugar, o podemos esperar a que lleguemos a casa? Y, ¿Debemos disciplinarlos en frente de quien quiera que esté en el lugar donde los hijos necesitan ser disciplinados, o debemos hacerlo a solas y en privado para no avergonzarlos?

A los padres que me hacen las preguntas arriba mencionadas, me veo en la necesidad de contestarles con otras preguntas. En donde quiera que estén, ¿Pueden encontrar un lugar para sentarse con los hijos y hablar primeramente, a averiguar por qué ha incurrido la falta, y solicitarles una explicación primero? ¿Están tranquilos, o están bajo los efectos de la ira? ¿Tienen claro lo que van a hacer y lo que quieren lograr con la disciplina, o están bajo los efectos de la confusión, la rabia, la desesperación o la vergüenza que nos han hecho pasar los hijos?

Todas estas cosas juegan un papel fundamental en el proceso del castigo, así que si la respuesta es SI a esas preguntas y vamos a poder llegar al resultado deseado con al disciplina, podemos aplicarla adonde sea que la falta ocurra porque eso va a ser más eficaz y nos va a ayudar a sentirnos conformes con la decisión que hayamos tomado y asegurarnos de que sea justa.

¿CÓMO DEBEMOS APLICAR LA DISCIPLINA?

En primer lugar debemos explicar a cada uno de nuestros hijos, MUY claramente las reglas de comportamiento, los deberes, los derechos, las funciones, reglamentos y sanciones que se aplicarán en nuestro hogar.

Aquí es muy importante hacer un paréntesis…(lo arriba mencionado obviamente se debe hacer CUANDO LOS HIJOS ESTÉN EN EDAD de comprender nuestras expectativas). Los bebés NO PUEDEN SER DISCIPLINADOS porque lo único que hacen es llorar cuando están cansados, llorar para exigir su comida, llorar porque han ensuciado sus pañales, y llorar si se golpean la cabeza con la orilla de su cuna si se mueven bruscamente. Pero todo esto NO son comportamientos deliberadamente intencionados para desobedecernos o molestarnos y JAMÁS debemos disciplinar a los bebés por estos comportamientos.

En los últimos años el uso de la disciplina severa y el castigo corporal ha sio objeto de investigación y descubrimientos. La mayoría de los análisis han comprobado que el castigo corporal causa más problemas que beneficios en los pequeños. Se mire por donde se mire y sea como sea, un manazo, una cachetada, un chanclazo o un cinturonazo, pegarle a un niño no es la fórmula más efectiva para para EDUCAR a los hijos. Seguro, es muy probable que obtengas el resultado deseado, pero será por miedo y NO porque el niño está respondiendo adecuadamente a un adiestramiento. Los efectos y los riesgos, así como las consecuencias de una educación basada en golpes, son visibles ante los ojos de todos. La gran mayoría de los expertos están de acuerdo con las siguientes 15 razones para no golpear a los niños.

15 RAZONES POR LAS QUE NO DEBER JAMÁS PEGARLE A TUS HIJOS:

1- Paraliza la iniciativa del niño, bloqueando su comportamiento y limitando su capacidad para resolver problemas.

2- No fomenta la autonomía de los niños.

3- Ofrece la actitud violenta como un modo válido para resolver conflictos. De ahí que muchos niños desarrollan una actitud de hacer “bullying” a los más débiles.

4- Daña su autoestima. Genera sensación de minusvalía y promueve expectativas negativas respecto a sí mismo.

5- Les enseña a ser víctimas. Equivocadamente, muchos creen que la agresión hace más fuertes a las personas que la sufren y 'les prepara mejor para la vida', pero sabemos que no sólo no les hace más fuertes, sino más propensos a convertirse repetidamente en víctimas.

6- Interfiere en sus procesos de aprendizaje y, por lo tanto, en el desarrollo de su inteligencia, sus sentidos y su emotividad.

7- Invita a NO razonar. Al excluir el diálogo y la reflexión, dificulta la capacidad para establecer una conexión entre su comportamiento y las consecuencias que de él se derivan.

8- Les hace sentir soledad, tristeza, y abandono.

9- Incorporan a su forma de ver la vida una visión negativa de los demás y de la sociedad, como un lugar amenazante. Viven a la defensiva.

10- Crea un obstáculo, un impedimento en la comunicación entre padres e hijos. Daña los vínculos emocionales creados entre ambos.

11- Les hace sentir rabia, rencor, y ganas de alejarse de casa…y muchos lo hacen.

12- Engendra más violencia. Enseña que la violencia es un modo adecuado para resolver los problemas.

13- Pueden presentar dificultades para integrarse socialmente, es decir, para hacer amigos y jugar con los demás niños. Normalmente son muy peleoneros.

14- No aprenden a cooperar con las figuras de autoridad, sino a someterse a las normas o a transgredirlas.

15- Pueden sufrir daños físicos accidentales. Cuando alguien pega, se le puede 'ir la mano' y provocar más daño del que esperaba.

Disciplinar a los hijos corporalmente también tiene efectos en los padres:

1. El castigo físico puede producir ansiedad y sentimiento de culpa, incluso cuando se considera correcta la aplicación de este tipo de castigo.

2. La violencia se expande. El empleo del castigo físico aumenta la probabilidad de que los padres muestren comportamientos violentos en el futuro en otros contextos con mayor frecuencia y más intensidad.

3. Impide la comunicación con los hijos y deteriora las relaciones familiares.

4. Cuando usan el castigo físico porque carecen de recursos alternativos, aparece una necesidad de justificación ante sí mismo y ante la sociedad. Al malestar por los efectos de castigo físico en los niños se suma la incomodidad de una posición incoherente o no fundamentada.

NO MEZCLE DISCIPLINA CON SENTIMIENTOS

La disciplina, no puede estar sujeta a ningún cambio relacionado a los sentimientos, ni a las emociones, ni a los estados de humor. El único sentimiento que los padres deben tener en relación a la disciplina de sus hijos es EL AMOR para educarlos apropiadamente. Cuando usted impone la disciplina, su hijo debe saber que usted le ama, y dejárselo claro, pero debe actuar en función de hallar buenos resultados en su ser querido.

Como podemos darnos cuenta aplicar la disciplina es un asunto serio, que no debe hacerse sin planificación, y sin justificación, y tomando las medidas correctas. Si tú estás en la posición, y tienes la tremenda responsabilidad, de impartir la disciplina a tus hijos y necesitas ayuda para saber cómo ser más efectivo, constante y obtener una transformación positiva en tus hijos; o si conoces a alguien que necesita ayuda con esta increíble tarea de adiestrar a sus hijos, no dudes en comunicarte conmigo para que charlemos.

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